sábado, 9 de abril de 2016

Manuel Rivas en asturiano y castellano



Manuel Rivas Barrós. (Editorial Galaxia).

Tres poemas de 'A boca da terra'

Versiones en asturiano y castellano del último libro de poesía del autor coruñes


Manuel Rivas Barrós (A Coruña, 1957) ha convertido el dolor y la ternura en una forma de estar en el mundo. Saber del sufrimiento, percibir el salitre de las lágrimas de la tierra y de sus gentes, abre las ventanas a una sentimentalidad que se sustenta en el conocimiento sin renuncia a la insurgencia. Ese es su santo y seña para adentrarse en los espacios donde sólo se habla la lengua de la verdad.

Tal vez sea Rivas el autor del ámbito ibérico que mejor ha dibujado una geografía donde los llamados estilos literarios pierden toda identidad. O mejor, perviven todas. Su poesía invade los bosques umbríos de la narrativa y su prosa se despeña por los acantilados donde el bruar de la prosa ronca con fuerza. La crónica y la novela son las nietas directas de su aprendizaje como periodista y donde ha mostrado una manera distinta de narrar, que aúna la herencia de la oralidad y las lecciones aprendidas de las buenas letras.

La poesía de Manuel Rivas está en el semen de su obra. Sus versos habitan el hogar de la sencillez, donde reposan las sílabas humildes, pero siempre tiene a mano las metáforas de rompe y rasga que invitan al desasosiego. Es en ese choque donde alcanza una dicción exacta, conmovedora, procedente de las tinieblas, pero con la capacidad de encontrar la luz suficiente para, como el propio autor afirma, "poner orden al caos" . Y aunque estos rasgos también se extienden a los dominios de su prosa, la poesía del coruñés ocupa el cuarto oscuro de la casa. 

El lector ajeno a la lengua gallega poco o nada sabe de la obra poética de Rivas. La traducción de 'El pueblo de la noche' (Alfaguara. Madrid, 1997) dio a conocer los cinco libros de poemas publicados desde 1980 a 1995. Posteriormente, se tradujo al castellano, catalán, vasco, francés e inglés 'La desaparición de la nieve' (Alfaguara. Madrid, 2005). No tengo noticias de que 'Do descoñocido ao descoñocido' (Espiral Maior: A Coruña, 2003) haya visto la luz en otros idiomas que no sea el gallego.

En julio pasado, Manuel Rivas publicó su última obra poética, 'A boca da terra' (Edicions Xerais. Vigo, 2015) donde la rebeldía de la naturaleza impone sus leyes, porque en estos poemas "habla, murmura, llora o jura", advierte el autor. En esta bitácora ofrecemos tres poemas de este volumen, traducidos al asturiano y al castellano, con la versión original.


1.
O paraíso inquieto

E agora, noite, vai
Busca tres mozos mais na aldea
E traede nos ombreiros
O cadaleito da lúa,
Mentres rinchan
Na terra que se esconde
As cores insubmisas dos cabalos.


El paraísu comestín

Y agora, nuechi, vas,
gueta tres mozos más n'aldea
y apurre nos llombos
la caxamuerte de la lluna,
mientres rinchen
na tierra que s'escuende
los colores insumisos de los caballos


El paraíso inquieto

Y ahora, noche, ve
busca tres jóvenes más en la aldea
y trae sobre los hombros
el ataúd de la luna,
mientras relinchan
en la tierra que se esconde
los colores insumisos de los caballos.


2.
O desortor da néboa

Triste velocidade
Que non esconde o seu pasado,
Terra que aluca
Nas fiestras do tren
Á procura do desertor da néboa.



El desertor de la nubla

Murnia velocidá
que nun s'escuende nel so pasáu.
Tierra qu'escuca
dende les ventanes del tren
la gueta del desertor de la nubla.


El desertor de la niebla

Triste velocidad
que no esconde su pasado.
Tierra que espía
en las ventanas del tren
la búsqueda del desertor de la niebla.


3.
A árbore santa

Árbore demoucada,
Memoria do lóstrego

Que matou e morreu,
Onde pousan os corvos
A blasfemar
Co eco rouco das campás.


L'árbol santu

Árbol taláu,
memoria del rellumu
que mató y murrió,
onde asitiense los cuervos
a blasfemar
col ecu roncu les campanes.


El árbol santo

Árbol talado,
memoria de relámpago
que mató y murió,
donde se posan los cuervos
a blasfemar
con el eco ronco de las campanas.




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